Cuando hoy a algún fanático del automovilismo se le pregunta por el significado de la palabra Escudería, invariablemente la respuesta viene asociada a las grandes escuderías actuales de la Fórmula 1.
Sobre todo Ferrari, pero a cualquier equipo de competición también. Hoy sin duda, el término ha mutado hacia la Fórmula 1, pero sus orígenes son un tanto diversos.
En los orígenes del automovilismo mismo, no sólo se utilizaba el término para referirse a los equipos de fábrica, si no también a organizaciones privadas.
Era muy común que un grupo de pilotos amateurs o gentleman drivers decidieran agruparse en un mismo equipo por diversos motivos; inicialmente la afinidad entre ellos, pero además la obvia ventaja de centralizar la organización, los mecánicos, las compras, mantenimiento, traslados, etc..
Agrupados en una escudería, se lograba ser mucho más eficientes y económicos a la vez.
Sin ir más lejos la “Scudería Ferrari” se inició de este modo. Aunque por las excelentes virtudes organizativas de don Enzo Ferrari, a los pocos años ya se había convertido en el equipo oficial Alfa Romeo “de facto”.
A lo largo de lo años diversas escuderías privadas lograron cierto renombre, como por ejemplo la “Scudería Centro Sud”, la “Scudería Ambrosiana” o la “Scudería Filipinetti” por nombrar algunas.
El automovilismo histórico no es ajeno a esta añeja tradición, y, sobre todo en Italia, la presencia de la “Scudería Brescia Corse” o la “Scudería Loro Piana” ya es tradición en los principales eventos.
El espíritu, eso sí, es el mismo de los inicios. Juntarse con amigos, agruparse bajo un nombre común, y disfrutar de nuestro automovilismo histórico con un enfoque de equipo, donde prive la camaradería y la buena onda entre las partes.
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